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miércoles, 14 de diciembre de 2016

EL NIÑO QUE LO QUERÍA TODO

EL NIÑO QUE LO QUERÍA TODO

Había una vez un niño que se llamaba Jorge, su madre María y el padre Juan. Cuando escribió la carta a los Reyes Magos, se pidió más de veinte cosas.


El niño que lo quiere todo. Cuento de Navidad
Entonces su madre le dijo:
 - Pero tú comprendes que… mira te voy a decir que los Reyes Magos tienen camellos, no camiones, segundo, no te caben en tu habitación, y, tercero, mira otros niños… tú piensa en los otros niños, y no te enfades porque tienes que pedir menos.
El niño se enfadó y se fue a su habitación. Su padre le dijo a su madre María: 
- ¡Ay!, se quiere pedir casi una tienda entera, y su habitación está llena de juguetes... María dijo que sí con la cabeza. 
El niño dijo con la voz baja: 
- Es verdad lo que ha dicho mamá, debo de hacerles caso, soy muy malo. 
 Llegó la hora de ir al colegio y dijo la profesora: 
- Vamos a ver, Jorge, dinos cuántas cosas te has pedido. Y dijo bajito: -Veinticinco.
La profesora se calló y no dijo nada pero cuando terminó la clase todos se fueron y la señorita le dijo a Jorge que no tenía que pedir tanto. Entonces Jorge decidió cambiar la carta que había escrito y pedirse quince cosas, en lugar de 25.
Cuando se lo contó a sus padres, éstos pensaron que no estaba mal el cambio y le preguntaron que si el resto de regalos que había pedido los iba a compartir con sus amigos. 
Jorge dijo: 
- No, porque son míos y no los quiero compartir.
Después de rectificar la carta a los Reyes de Oriente llegó el momento de ir a comprar el  arbol de Navidad y el Belén. Pero cuando llegaron a la tienda, estaba agotada la  decoración navideña 
Ante esto, Jorge vio una estrella desde la ventana del coche y rezó: -Ya sé que no rezo mucho, perdón, pero quiero encontrar un  Belén y un árbol de Navidad. De pronto se les paró el coche, se bajaron, y se les apareció un ángel que dijo a Jorge: 
 - Has sido muy bueno en quitar cosas de la lista así que os daré el Belén y el árbol.
Pasaron tres minutos y continuó el ángel:
 - Miren en el maletero y veréis. Mientras el ángel se fue. 
Juan dijo: 
- ¡Eh, muchas gracias! Pero, ¿qué pasa con el coche? 
Y dijo la madre: - ¡Anda, si ya funciona! ¡Se ha encendido solo! Y el padre dio las gracias de nuevo.
Por fin llegó el día tan esperado, el día de Reyes. Cuando Jorge se levantó y fue a ver los regalos que le habían traído, se llevó una gran sorpresa. Le habían traído las veinticinco cosas de la lista.
Enseguida despertó a sus padres y les dijo que quería repartir sus juguetes con los niños más pobres. Pasó una semana y el niño trajo a casa a muchos niños que no tenían juguetes.
La madre de Jorge hizo el chocolate y pasteles para todos. Todos fueron muy felices. Y colorín, colorado, este cuento se ha  acabado

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